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Los europeos no aumentarán su esperanza de vida saludable hasta 2020/2030

Los europeos no aumentarán su esperanza de vida saludable hasta 2020/2030

Acaba de publicarse un resumen con los resultados del estudio Delphi “Escenarios futuros sobre envejecimiento activo y saludable y tecnologías de la información para la sociedad europea en 2030”, que se ha desarrollado en el marco del Proyecto Europeo SEACW (Ecosistema social para el envejecimiento, la capacitación y el bienestar) que lidera la empresa Áliad junto con un consorcio de 8 socios de 5 países (Bulgaria, Francia, Italia, Malta y España), Pymes, universidades y entidades sin ánimo de lucro que poseen una gran experiencia en tecnologías de la información y en envejecimiento activo y saludable. El Proyecto ha creado un Ecosistema en Internet con multitud de productos y servicios, que está actualmente en su fase piloto.
El estudio Delphi, que se ha desarrollado en el primer semestre de 2014, ha contado con la participación de 76 expertos procedentes de diferentes partes de Europa, que se han centrado en dos temas de plena actualidad: la Salud y el uso de las TIC`s. Los expertos han analizado la extensión de la vida activa de la sociedad europea, las consecuencias, los cambios y los beneficios que las TIC proporcionan para ofrecer una visión de los posibles escenarios futuros. Los resultados de este estudio ha sido un punto de partida esencial para el desarrollo de contenidos y servicios del Ecosistema.
Algunas de las conclusiones de este estudio son

  • La esperanza de vida saludable aumentará en dos años entre 2020 y 2030 (según el 69% de los expertos). No se considera probable lograrlo antes por cuestiones financieras (80,9%) y el colapso del sistema de salud pública (76,5%). Existen importantes diferencias económicas, sociales y políticas entre los Estados miembro de la Unión que resultan clave para que no se cumpla el objetivo marcado por Europa 2020.
  • Los hábitos nocivos más extendidos para el año 2030 serán el sedentarismo (89,7%), los malos hábitos nutricionales (85,3%) y el estrés (76,5%). Estos hábitos superarán incluso al consumo de tabaco (19,1%), drogas (13,2%) y alcoholismo (11,8%).
  • Las causas de muerte más extendidas en 2030 serán las provocadas por enfermedades cardiovasculares (83,8%), muy por encima del cáncer (70,6%) y de las enfermedades cerebrovasculares (45,6%). Y ello como consecuencia de enfermedades crónicas más extendidas: obesidad/sobrepeso, cáncer y enfermedades del corazón.
  • Las enfermedades crónicas que tienen más posibilidades de ser retrasadas, debido a los avances médicos y tecnológicos, son las relacionadas con el sistema psicomotor y sistema cognitivo.
  • Los expertos desvelan que las tecnologías de la información y de la comunicación que son mejores para la promoción del envejecimiento activo y saludable son las aplicaciones móviles, la puesta en marcha de servicios de teleasistencia y telemedicina y los sistemas de comunicación.
  • Según los expertos encuestados, invertir en áreas médicas como la Geriatría (67,6%), Oncología (64,7%) y Medicina Familiar (44,1%) son una necesidad para el aumento de la esperanza de vida saludable. Por lo que las áreas de investigación médica que tendrán un mayor impacto en el aumento de la esperanza de vida son: genética y epigenética del envejecimiento, células madre y reprogramación de células, y estimulación cognitiva.
  • Las áreas tecnológicas que tendrán un mayor impacto en el aumento de la esperanza de vida son: sistemas de detección precoz de las enfermedades (83,8%), sistemas de localización personal (55,9%) y ciudades inteligentes (smart cities) y municipios saludables (50%).
  • Con el objetivo de que la población continúa manteniéndose activa, es esencial mejorar los conocimientos de los trabajadores mediante el reciclaje, así como facilitar la participación activa de las personas mayores en la sociedad.
  • Los Agentes de inclusión social tendrán que desarrollar competencias en las siguientes áreas de salud: promoción de hábitos saludables (73,5%), rehabilitación y estimulación cognitiva (72,1%), y dieta y la nutrición (64,7%).
  • Más del 80% de los encuestados considera que en 2030, la inclusión digital va a ser fundamental para el logro de la inclusión social. La brecha digital seguirá existiendo en 2030 debido a las diferencias sociales de la población, tales como el nivel educativo, los ingresos o la edad.
  • Las tres áreas de integración social en las que los agentes de inclusión social tendrán que desarrollar competencias son: información y promoción (83,8%), promoción de la educación continua (75%) y apoyo psicológico (69,1%). Por lo que este colectivo deberá desarrollar competencias en innovaciones tecnológicas (76,5%), Internet (64,7%) y promoción de la alfabetización digital (61,8%). De hecho, mejorar las habilidades digitales de la sociedad europea se ha señalado como obligatorio para aumentar la competitividad europea.
  • Los sistemas de teleformación (e-learning) serán el modelo habitual de aprendizaje entre 2030 y 2050.
  • El modelo de familia predominante en el año 2030 será uno en el que los ancianos vivirán independientes en sus domicilios (60%). Mientras que un 21% destaca que se crearán ciudades específicas adecuadas a las necesidades de los mayores y residencias de ancianos abiertas, el 15% apuesta por un modelo de geriátricos y sólo un 4% cree que los familiares cuidarán de sus mayores.

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Mayor productividad y reparto de riqueza, entre los beneficios del envejecimiento de la población

Mayor productividad y reparto de riqueza, entre los beneficios del envejecimiento de la población

Lo asegura un estudio que analiza los efectos económicos, sociales y ambientales de este cambio demográfico desde una vertiente positiva, descubriendo las oportunidades que se generan en las sociedades que envejecen.
El envejecimiento de la población puede llegar a tener muchos efectos positivos para la sociedad. Este proceso demográfico viene acompañado, no solo de una mayor esperanza y calidad de vida, sino también una mejora de los niveles de educación, un incremento de la productividad, menos daños para el medio ambiente y un reparto de la riqueza con las generaciones más jóvenes. Son las conclusiones de un estudio que publica la revista Plos One y que ha sido elaborado por investigadores de Austria, Estados Unidos y Alemania.
La esperanza de vida media en los países desarrollados ha aumentado a un ritmo de tres meses al año y la fertilidad ha caído por debajo de la tasa en la mayoría de Europa y otros países desarrollados, explica Elke Loichinger, autor principal de la investigación, para comparar a continuación las consecuencias en la estructura por edades de la población de 2010 y la que se prevé para 2060.
“El envejecimiento de la población es un proceso demográfico mundial inevitable”, comienza enunciando el informe para luego aclarar que, si bien casi todo lo que se escribe sobre las consecuencias del cambio demográfico se centra en los desafíos económicos y sociales que afrontaremos con el aumento de la esperanza de vida y el descenso de la fertilidad –sistemas de pensiones o costes sanitarios, entre otros–, este estudio va más allá y analiza los efectos económicos, sociales y ambientales desde una vertiente positiva, descubriendo algunas de las oportunidades que se generan en las sociedades que envejecen.
En concreto, los autores consideran que existen efectos secundarios del envejecimiento de la población que surgen de manera imprevista, no programada, y que pueden ser aprovechados para hacer frente a los urgentes problemas ambientales y las cuestiones de la desigualdad de género y las relaciones intergeneracionales.
“Nos centramos en la composición educativa de población activa, las emisiones de CO2, las transferencias intergeneracionales, la evolución de la atención que necesitan los mayores y la esperanza de vida saludable y el tiempo dedicado al trabajo durante la vida de una persona”, explican los investigadores. A lo largo del estudio podemos ver algunos ejemplos que demuestran los “potenciales efectos positivos a largo plazo que están directa o indirectamente relacionados con el envejecimiento de la población”.
Aunque el aumento de la edad media de la sociedad probablemente conducirá a una disminución de la fuerza de trabajo, los esperados incrementos en los niveles de educación de los trabajadores, asegura Loichinger, pueden compensar en parte este descenso a través de una mayor productividad.
El envejecimiento de los ciudadanos puede ser bueno, aseguran, para el medio ambiente, puesto que los cambios en la estructura de edad y el declive en el tamaño de la población están asociados, según el informe, con la reducción del uso de productos de alto consumo energético y la disminución de las emisiones de dióxido de carbono.
Las mejoras científicas han propiciado no solo un aumento de la esperanza de vida, también un mayor bienestar y calidad de la misma. La investigación llega a la conclusión de que una población envejecida se mantiene saludable durante más tiempo. Ilustra este argumento con unos gráficos que muestran cómo con el paso de los años las personas han ido retrasando su necesidad de acudir a tratamientos de salud.
Además, los autores del estudio creen que el envejecimiento de la sociedad de un país puede promover que se comparta la riqueza con las generaciones más jóvenes. A medida que aumenta la esperanza de vida, la gente hereda a edades más avanzadas y utiliza parte de la herencia para financiar su jubilación o ayudar a sus hijos económicamente. Por otra parte, ya que las familias tienen menos hijos, la herencia se divide entre un número menor de personas, por lo que, manteniéndose todo lo demás constante, los individuos recibirían más.